El
pan de campo se desmiga sobre la mesa, huele a melancolía, a vida, el mate
compañero humea y detrás de los cristales el albor se rompe entre los pinos los
ilumina les cambia el color.
Una
calandria canta a lo lejos, otra responde y el coro mañanero se extiende y va ampliando
su sonido.
El
jornada va tomando forma, los rayos del sol caminan por mi mesa, la invaden, se
adueñan de cada rincón, de los muebles, del viejo florero y anuncian que el
día ya está aquí y es el último de las
vacaciones, el descanso ha terminado y habrá que organizar la vida y el
trabajo.
Bienvenido febrero.
BUENO, QUÉ SE PUEDE HACER, PUES A TRABAJAR SE DIJO!!!
ResponderEliminarUN ABRAZO
Se acabó pero nos dejas esas preciosas palabras, que nos envuelven en el cálido descanso, precioso. Un abrazo.
ResponderEliminarHay que asumir la realidad amigo, de las vacaciones solo quedan los recuerdos, de los que tendremos que vivir al final de la vida cuando ya no se pueda salir de vacaciones, una muy buena entrada hay muchos que ya se le acabaron las vacaciones y como otros recién empiezan y también hay quienes nunca, las tienen que suerte la tuya que has podido disfrutar de ese pan amasado que de solo lee ya me dio hambre jajaja.
ResponderEliminarUn abrazo grande amigo que tengas un lindo viernes.
Gracias por tu encantadora visita, espero que podamos compartir lectura y comentarios mutuamente!
ResponderEliminarTe dejo un fuerte abrazo, buen fin de semana.
PD-: con tu permiso me quedo para seguirte.
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